Reformar un inmueble para alquilar es una acción que realizan muchos propietarios para intentar obtener más rentabilidad de sus pisos. Se calcula que un piso reformado puede aumentar su renta hasta un 30% y obtener arrendatario de forma más rápida. Aun así, deberemos tener en cuenta que no es lo mismo reformar una vivienda para residir nosotros en ella que hacerlo con un objetivo de arrendarlo en el futuro.
En el siguiente artículo te explicamos todo lo que debes tener en cuenta en este tipo de reformas que tienen como propósito el alquiler.
Índice del artículo
7 aspectos a tener en cuenta si quieres reformar un piso para alquilar
Al reformar un piso que posteriormente vas a alquilar tienes que evitar cometer ciertos errores a la hora de hacer la reforma. De esta manera lograrás aumentar tus beneficios y alquilarlo de manera más rápida y segura. ¡Vamos a ver cada uno de estos puntos!
Definir bien el público al que vamos a alquilar el piso reformado
El primer paso es definir a qué tipo de público va dirigido nuestra oferta de alquiler. Es decir, debes tener claro qué tipo de inquilino será el que probablemente habitará tu vivienda para focalizar la reforma en aspectos que valore o que le interese especialmente. Para ello, analiza el barrio, el estado del edificio, los vecinos que ya viven en él… De esta manera te harás una fotografía de tu futuro arrendatario y podrás ofrecerle aquello que está buscando.
Por ejemplo, imaginemos que dispones de un piso grande en una zona universitaria y tu inquilino objetivo son estudiantes. En este caso, deberías enfocar tu reforma en tener el mayor número de habitaciones, que estén bien amuebladas (con cama individual, mesa de escritorio, silla de estudio y armario) con un estilo moderno y que disponga de servicios como cocina equipada, wifi, etc.
En cambio, si se trata de un piso pequeño en una zona céntrica de una ciudad, en un edificio en buen estado y con buenos servicios, quizás le interese a parejas o profesionales que vivan solos. En este caso, la reforma se debe centrar en actualizar y modernizar el interior, quizás hacerlo más diáfano, aprovechando al máximo la luz natural y los espacios, dotándolo de carácter en el diseño y de acabados de buena calidad.
Definir el presupuesto destinado a la reforma
Antes de iniciar ninguna reforma, deberás analizar cuál es tu presupuesto máximo y el valor de la inversión. Para ello, será imprescindible realizar un estudio previo de la zona y analizar los precios de pisos similares, para poder delimitar tu precio objetivo de alquiler post reforma. Una vez conozcas el importe, deberás analizar la rentabilidad marginal de la inversión.
Te proponemos un ejemplo, para que comprendas qué parámetros son imprescindibles. Si actualmente tienes un piso que alquilas por 600€ y, tras una reforma, esperas alquilarlo por 1000€, quiere decir que la reforma te aportará 4800€ anuales. Este beneficio deberás multiplicarlo por la durabilidad de la reforma. Por ejemplo, si valoras que tiene una durabilidad de cinco años, son 24.000 euros en total. A este importe deberás tener en cuenta qué beneficio quieres obtener y los riesgos que pueden existir de tener el piso vacío. Lo normal en estos supuestos es exigir un 20% o 30% de la rentabilidad, por tanto, de los 24.000€ que puedes obtener en rentabilidad en 5 años, destinar a la reforma solo 19.200€.
La cocina y baño, elementos clave
Los que llamamos cuartos húmedos, cocina y baño, son dos áreas del piso fundamentales a la hora de alquilar. Por tanto, un elemento que valoraran positivamente es que estén renovados. Posiblemente, una reforma integral cambiando distribución, baldosas… sea excesivamente caro. Siempre podemos optar por una actualización: cambiar bañera por ducha, pintar baldosas, electrodomésticos nuevos, cambiar la grifería, las puertas de los armarios… Lo que sí es imprescindible es pensar en el objetivo y el resultado: si pretendemos optar a la franja alta de alquiler, los acabados, el diseño y la distribución tienen que ir en consonancia.
Potencia la luz y el espacio
Una forma de renovar un piso de forma rápida y económica es darle un lavado de cara. Es decir, una casa parecerá mucho más espaciosa y luminosa, cambiando simplemente el color de las paredes. Se recomienda optar por tonos neutros. Además, retirar el gotelé o papeles pintados antiguos son hoy casi obligatorios.
Si tienes un presupuesto más elevado, puedes plantearte el cambio de ventanas, eliminar barreras como tabiques o deshacerte de muebles altos que impidan el paso de la luz en la vivienda. Sea cual sea tu decisión, siempre busca asesoramiento de profesionales y compara precios antes de decantarte por una empresa de reforma.
Terrazas o balcones
Estos son sin duda elementos que se han revalorizado mucho en los últimos años, así que no los menosprecies. No los conviertas en trasteros sin más. Cuídalo, decóralos, añade verde y algunos muebles de jardín. Haz ver a tus inquilinos que ese espacio exterior es una fuente de paz y un lugar de ocio.
Es más, durante los últimos años los pisos que se alquilan con ático o amplios balcones se han revalorizado. Y es que cada vez damos más importancia a estos espacios dentro de nuestro hogar.
Olores
Parece obvio, pero los humanos nos guiamos mucho por el olor. Si el piso perteneció a una persona fumadora, estuvo mucho tiempo cerrado, tuvo humedades o sus inquilinos tenían mascotas es posible que la vivienda guarde ese recuerdo en forma de olores no demasiado agradables. No intentes esconderlos, suele ser peor. Así que renueva pintura y moquetas, higieniza cada estancia y ventila hasta que no quede ni rastro de malos olores.
Alquilar con o sin muebles
De nuevo, ante la duda de cómo decorar o amueblar tu piso para alquilar, debes centrarte en a quién va dirigido. En otras palabras, qué tipo de arrendatario esperas y qué preferirá este. Por ejemplo, si es un piso para alquilar de forma estacional, lógicamente, deberá tener muebles y decoración. Ahora bien, si va dirigido a un alquiler de largo plazo a una familia, puede que prefieran decorarlo a su gusto para convertirlo en su propio hogar.
Si decides amueblarlo, sigue la misma línea que hemos comentado con la pintura, colores neutros en muebles y cortinas. Además, escoge elementos que sean funcionales y sencillos y, puedan ajustarse a los gustos de cualquier propietario. Asimismo, que sean de calidad alta y duraderos, para que tu inversión pueda prolongarse a largo plazo antes de tener que volver a reformarlo.