Las Navidades son unas fechas verdaderamente mágicas y especiales para todo el mundo, pero sobre todo para los más pequeños de la casa, cuya inocencia aún se mantiene intacta. La meticulosidad con la que cada noche dejan comida al tronco más famoso de Catalunya, el Tió de Nadal; la ilusión con que la víspera de Navidad esperan la llegada del carbonero vasco más querido por los niños, el Olentzero; o la luz que se les enciende en los ojos cuando ven desfilar a los tres reyes magos por las calles de su ciudad, son expresiones propias de una edad en la que durante dos semanas el mundo se rige por otras normas distintas, las de la magia.
Sin embargo, para los adultos, esas dos semanas largas, más bien tres, en las que los más pequeños abandonan sus rutinas escolares para permanecer en casa pueden resultar caóticas si previamente no hemos pensado cómo vamos a ocupar todas esas horas.
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Pasar tiempo de calidad con nuestros hijos es importante para su desarrollo emocional por lo que los siguientes planes harán que tú también te contagies de la magia de la Navidad al lado de los protagonistas indiscutibles de estas fechas, los niños. ¡Vamos a verlas!
Bien sabido es por todo el mundo que el preámbulo de la Navidad lo marca en España el puente de la Purísima, unos días en que mamás, papás e hijos se encuentran en casa en una previa a las largas vacaciones navideñas y estos pueden ser los días idóneos para dejar que la Navidad entre en nuestro hogar. Una buena manera de mantener ocupados a nuestros hijos es haciéndolos partícipes de la decoración, que participen en el proceso de montar el árbol, el pesebre, colocar las guirnaldas… Crea tradiciones con tus hijos, hazlos sentir importantes: que sean ellos, por ejemplo, los encargados de coronar el árbol de Navidad con la estrella o los responsables de situar al niño Jesús en el pesebre. Estos pequeños gestos los hará sentir que su papel es relevante en el proceso y no se aburrirán; todo lo contrario, disfrutarán de las fiestas antes incluso de que estas hayan llegado.
Las Navidades son sinónimo de concordia, paz, armonía, magia, ilusión, etc.; pero lo cierto es que la cara menos amable de estas fechas también se traduce en consumismo, dinero y, en definitiva, en gasto. Si no planificamos bien nuestras compras, las Navidades pueden llegar a suponer un gran agujero en la economía familiar y por este motivo puede ser una muy buena idea aprovechar la creatividad de los más pequeños para no solo mantenerlos entretenidos, sino que también para ahorrar. Utiliza materiales reciclados que tengas por casa como rollos de papel de cocina, cartón, palillos, pizas de madera, etc. y haz con ellos pequeñas decoraciones navideñas como una figura de Papá Noel rellenando un calcetín con arroz, o un servilletero para la cena de Nochebuena rodeando de yute un cilindro de rollo de cartón. Las posibilidades son infinitas y te sorprenderás al ver cómo tus hijos se aplican en estas tareas de las que después podrás presumir delante de tus invitados.
La era de la tecnología en que vivimos imbuidos ha desterrado antiguas tradiciones como la de recoger el correo y tener varias felicitaciones navideñas por leer de seres queridos a los que les importamos y quieren desearnos prosperidad para el Año Nuevo. La calidez de escribir una tarjeta navideña y la emoción de abrir la carta y leerla, ha quedado sustituida por la inmediatez y la frialdad del whatsapp. Recupera esta antigua tradición y haz que tus hijos diseñen y escriban tarjetas navideñas para sus seres queridos: los tendrás entretenidos durante toda una tarde y, además, les enseñarás la importancia de cuidar y dedicarles tiempo a las personas que nos importan.
Navidad es sinónimo también de compromisos familiares. Es emotivo reunirse con la familia, pero ¿qué sucede con aquellos miembros con los que no nos llevamos bien? ¿Cómo sorteamos ese obstáculo en unas fechas en las que nos dicen que todo debe ser concordia y avenencia? Los más pequeños pueden sernos aquí de gran ayuda porque su presencia aligera las tensiones que pueden surgir en las cenas y las comidas donde, además, el alcohol suele ser uno de los protagonistas. Pasa la tarde con tus hijos haciendo que memoricen un poema de temática navideña, un villancico, etc. Pueden teatralizarlo en la reunión familiar y recibir, incluso, un aguinaldo, de parte de los allí presentes.
Y, por supuesto, lo que no puede faltar en toda checklist para entretener a los más pequeños de la casa es la repostería: prepáralos con un buen delantal, porque de seguro que la tarde va a estar pasada por harina, azúcar y chocolate. Compra moldes de galletas de temática navideña: estrellas, campanas, renos, etc. y elabora una receta con la que después puedan sorprender a vuestros invitados. Esta es, en realidad, la mejor manera de endulzar unas fiestas en las que, en el fondo, lo importante es pasar tiempo en familia al margen de los regalos que uno puede llegar a desenvolver.
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