Escuchar ladridos es algo usual en prácticamente todas las comunidades de vecinos debido a que hay un alto porcentaje de personas que conviven con perros en sus hogares hoy en día. Normalmente, esto no supone un problema, pero en algunas ocasiones el ladrido del perro se vuelve constante y altera la vida de los vecinos.
Del mismo modo, otro problema que puede darse en una comunidad de propietarios cuando se convive con animales es que puede suceder que algún vecino mantenga en su terraza al animal y éste haga sus necesidades ahí, sin que sean limpiadas y provoque olores y una situación poco higiénica en la comunidad.
Sea como sea, puede resultar en un problema de la comunidad y en este artículo te damos toda la información que necesitas para saber cómo actuar en caso de que sea una situación molesta que te esté perjudicando.
Índice del artículo
Si tienes un perro, además del trabajo extra que supone mantener la casa limpia con perros, deberás cuidar otros aspectos como el ruido que puede hacer el animal.
En caso de tener un problema de esta índole con un vecino, el primer paso es comunicarse con el dueño del perro para darle a conocer su molestia. Algunas formas de hacerlo son escribiendo una carta amistosa, llamando y pidiéndole una cita para una breve reunión. También es válido verificar que el perro no esté ladrando por problemas de salud o sea víctima de maltrato animal.
No amenaces con acciones legales desde el principio pues la situación podría resolverse fuera del tribunal. Hay razas de perros más ladradoras que otras. Lo ideal sería ofrecer al vecino sugerencias positivas como contactar a un etólogo, clases de obediencia o un entrenador personal para resolver el problema.
Tras la reunión y llegar a un acuerdo, fija una fecha para conversar de nuevo en un par de semanas y hacerle un seguimiento a la situación.
Si el hecho de conversar no da ningún resultado, intenta la mediación. En colegios de abogados y oficinas administrativas locales puedes encontrar más información sobre servicios de mediación entre vecinos. También es una
En este punto, es ideal contactar a las autoridades de control animal y pedir que apliquen las leyes restrictivas sobre el ruido. Otra opción es llamar a la policía local para que aplique la ley, sin embargo, como regla general, el departamento de policía no podrá ayudar si no se trata de una situación urgente. Por lo tanto, es más útil llamar al servicio local de control de animales.
Si crees que tu queja tiene fundamento, también puedes comunicarle al dueño del animal infractor con una advertencia. Si el problema continúa, el vecino puede recibir una citación, similar a una multa de tránsito, que puede pagar o impugnar en la corte.
En caso de ya haber presentado quejas repetidas sin respuesta, puedes considerar presentar una demanda judicial por actos molestos ante un tribunal de reclamos menores. Si la demanda tiene éxito, el tribunal puede ordenar al propietario que solvente la situación o de lo contrario, enfrentará multas elevadas e incluso, tiempo en prisión por desobedecer la orden judicial. Generalmente, el tribunal intervendrá con una orden solo si considera que el problema es “importante” y “continuo”.
En ocasiones, cuando los ladridos de los perros se producen de manera excesiva y constante, pueden llegar a ser molestos, incluso en casos extremos a ser insoportables tanto para los vecinos como incluso para los propios propietarios. Además, si se tienen niños o bebés en casa puede resultar en una experiencia bastante desagradable.
Como ya hemos comentado, antes de considerar seriamente denunciar al vecino por los ladridos del perro es importante agotar otras opciones y tomar ciertas medidas:
Recuerda que la resolución de conflictos de manera amistosa siempre es preferible. La demanda por ladridos de perros, debería ser considerada como último recurso cuando todas las demás opciones hayan sido agotadas y el problema persista sin solución.
Además, es factible que tu vecino no sea consciente del problema. También es posible que esté implementando acciones correctivas, aunque los resultados no sean evidentes de inmediato, así que es importante tener paciencia.
En conclusión, la comunicación efectiva y la búsqueda de soluciones amistosas son fundamentales para abordar el problema de los ladridos excesivos de los perros vecinos. Si las conversaciones no conducen a una resolución satisfactoria, es importante considerar cuidadosamente las medidas legales como último recurso.
Como ves, tener mascotas en casa no es tarea fácil y evitar que tu perro cause problemas a los vecinos es importante para la convivencia en comunidad.
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