La primera impresión de una vivienda es determinante. ¿Qué dirías que es lo primero en lo que nos fijamos? Está bastante claro: más allá de la zona donde esté ubicado el edificio y cómo sea la fachada, lo primero en lo que repararán nuestros ojos al entrar en casa es el recibidor, por supuesto.
Quizás para muchos se trata de un mero punto de paso hacia lo que realmente consideran el centro de su hogar (el salón, el comedor, la cocina…) No obstante, esa infravaloración de la primera estancia de nuestro hogar puede marcar la diferencia entre tener una vivienda preciosa y cautivadora o tener una casa que simplemente “esté bien”. Si no te conformas con la mediocridad y quieres la excelencia para tu morada, lee con atención, porque hoy te vamos a concretar qué detalles debes cuidar cuando se trata de tu recibidor moderno en casa y qué toques le puedes dar para que sea más moderno.
¿Cómo tener un recibidor moderno?
A continuación, vamos a compartir contigo 7 aspectos fundamentales que todo decorador que se precie debería tener en cuenta para el recibidor:
- Cautiva los sentidos: si le dedicas atención al olor con unos mikados, unas velitas aromáticas o un ambientador, ya tienes mucho ganado. Si también le dedicas algo de atención y cariño a la elección de colores y los estampados que protagonizarán esta estancia de tu casa, no se podrá decir que no has pensado en complacer los sentidos de quien pise tu casa.
- Limpieza: que no haya polvo en las estanterías, que el suelo esté barrido y fregado, en el caso de que tengas parqué, que este tenga algo de brillo…Tener la casa limpia es fundamental y el recibidor es una pieza fundamental de la casa.
- Orden: que algo esté limpio es una cosa, pero que esté ordenado es otra bien diferente. Piensa que si lo primero que ve alguien de tu vivienda es que todo es un caos o que no hay un sitio asignado para cada cosa, lo más lógico es que deduzca que, en general, toda tu vida y desde luego el resto de tu casa es más bien desordenada.
- Encanto: no tengas miedo de darle un toque de personalidad a tu recibidor. De lo contrario, parecerá sacado de un catálogo de Ikea y entonces no tendrá nada de particular, parecerá del montón, soso. Si eres una persona divertida, alegre, vivaz, dale un toque de color y algún elemento decorativo más bien atrevido que sea como una chispa de lo que cabe esperar de ti y de tu casa. Si eres una persona más bien tranquila, minimalista, muy amante de la naturaleza y la sencillez, puedes optar por tonos gris o beige, líneas limpias que no saturen este espacio con demasiada información e incluso una plantita a lo mejor. En el caso de que seas un hipster bohemio, quizá le saques partido a una visita a una tienda de muebles vintage, para dar con algo que encaje a la perfección en tu recibidor.
- La tríada de oro: libros, revistas y flores. Estas tres cosas alegran la vista y visten mucho un espacio. Recordemos las célebres palabras de Cicerón, “Una casa sin libros es como un cuerpo sin alma”. Pues bien, disponer algunas revistas en un bonito revistero que encaje con el estilo de tu recibidor, y un ramito de flores secas son un recurso decorativo muy agradecido, porque con poca inversión, tienen un gran efecto.
- Simetría y elegancia. La modernidad está ligada a la noción de elegancia. Siempre que calificamos una casa como “moderna” lleva implícito que también nos parece elegante. Esto tiene mucho que ver con la apuesta de una cierta disposición geométrica del espacio, de forma que haya una simetría en todo el conjunto. Por ejemplo, puedes poner unas cuantas fotos familiares bien alineadas y así lograr este efecto.
- El blanco siempre es una buena opción. Por un lado, es una elección elegante, siempre, algo muy valorado como acabamos de comentar. Pero, además, el blanco tiene otra gran ventaja, y es que logra expandir el espacio, engañar al ojo y ampliar una habitación ofreciendo también más luz natural en la vivienda, dado que no la absorbe como hacen los colores más oscuros, sino que rebota la luz y todo queda luminoso. Indudablemente, esto también es un pro, porque abrir la puerta de casa y encontrarte con poca luz, aunque luego resulte que sí que hay en el resto de la vivienda, es empezar con mal pie, porque de repente te da la sensación de que te estás metiendo en un antro.
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