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En los últimos años han crecido las certificaciones en edificios plurifamiliares. Tener una casa que sea responsable con el medio ambiente, que controle los consumos y que, además, cuide la salud de los que habitan en ella, ha dejado de ser un capricho y se ha vuelto indispensable.
Cada vez es más habitual tener una casa con un certificado de sostenibilidad, pero cada vez es más normal que éstos, se les den a los propietarios a la hora de adquirir una vivienda.
Ir tras una casa que cuide tanto lo que está dentro como lo de fuera esta dejando de ser una rareza ya que hay muchas personas que se están concienciando y las viviendas unifamiliares se están convirtiendo en edificios colectivos. Por ello, son muchas las promotoras que han querido dar un paso más consiguiendo que sus edificios luzcan con algunos de los sellos más prestigiosos que hay hoy en día.
En España, tenemos la dicha que, tras un tiempo récord de construcción, una vivienda busca convertirse en la más sostenible del mundo. Se trata de Can Tanca, en Sant Joan de Labritia (Ibiza).
Esta vivienda, que se ha construido en menos de ocho meses, se sitúa en el norte de la isla, a manos del Grupo Terravita, una empresa balear que se especializa en construcciones bioclimáticas. La casa se ideó como un proyecto pionero en sostenibilidad, y tal y como ha informado la empresa se quiere lograr “el máximo ahorro energético y el menor impacto medioambiental, con un elevado nivel de confort interior y un estilo acorde a la arquitectura tradicional ibicenca”.
En fase final de construcción, la vivienda estará desconectada de la red eléctrica y de agua. Cuenta con una instalación solar fotovoltaica sobre la cubierta, algo que le permitirá ser autosuficiente en cuanto a la energía se trata, y tendrá un sistema de acumulación capaz de abastecer la vivienda incluso en los días que haya menos sol, de esta forma, se puede garantizar el suministro de electricidad ininterrumpido.
Además, la vivienda va a estar dotada de tecnología inteligente, así se automatizará y regulará el gasto energético dependiendo de las necesidades de cada momento. En cuanto al agua, se abastecerá de la misma mediante un sistema de recogida y con el tratamiento de aguas pluviales.
Esta casa unifamiliar tiene 210 metros cuadrados de superficie, tres volúmenes diferenciados y una pérgola exterior con un punto de carga para los coches eléctricos. La vivienda se distribuye de la siguiente manera: una sala de estar, un comedor y cocina en un solo espacio, tres dormitorios, dos baños, un estudio, una sala técnica y un distribuidor.
Gracias a diversas técnicas y sistemas constructivos, el consumo de energía será mínimo, a pesar de que tendrá la temperatura adecuada tanto en invierno como en verano. Para ello, también se añadirá un aislamiento de fibra de madera a la estructura, la cubierta y a la fachada. Se van a reducir los puentes térmicos y se van a colocar ventanas de doble y triple acristalamiento para que se consiga un alto nivel de hermeticidad en la envolvente que no permita el paso del aire.
Para el verano, las persianas exteriores y la vegetación protegerán la casa del calor. La ventilación permitirá que la casa siempre esté fresca. La empresa añadía que “para la climatización, cuando sea necesaria, se ha instalado un sistema de ventilación mecánica controlada de doble flujo con recuperación de calor entálpico, una batería de frío y 14 m2 de techo refrescante. Se alimentarán por medio de la aerotermia, energía renovable que además calentará el agua de la casa”.
La clave para lograr un consumo de energía tan bajo será la ventilación mecánica controlada. Este sistema hace que una máquina extraiga el aire viciado de la casa e introduzca aire limpio, permitiendo recuperar el 90% de la energía del aire que se expulsa.
Álvaro Martínez, el arquitecto técnico de Terravita, explica que “esto hace posible, por ejemplo, que si en invierno la temperatura de la calle es de 0º y la interior de 20º, el aire renovado que entra en la vivienda lo haga a 18º, por lo que el gasto de energía para alcanzar una temperatura confort es muy bajo”.
La empresa también cuenta que, además, “esta tecnología procura un espacio saludable para sus habitantes, pues el aire que accede a la vivienda pasa por una serie de filtros que impiden el paso de partículas contaminantes. De este modo no se genera polvo, por lo que está especialmente indicado para las personas con algún tipo de alergia”.
Esta construcción comenzó con la cimentación en febrero, mientras que la estructura de madera se montó a mediados de abril. Por ello, si las previsiones se cumplen, en menos de 8 meses la vivienda estará finalizada.
Por el momento son dos certificados internacionales los que se están tramitando y esperando lograr. El primero de ellos es el Passivhaus, que califica la eficiencia energética. El segundo es el BREEAM, que califica la sostenibilidad. Ambos se han solicitado en sus más altas categorías, por lo que se puede convertir en el único edificio del mundo con los certificados Passivhaus Premium y BREEAM Excepcional.
En cuanto al primer certificado, acredita el escaso aporte de energía que necesita la vivienda para tener una temperatura adecuada durante todo el año, al mismo tiempo que la elevada capacidad para generar energía renovable, en una cantidad mayor a la que consume. Terravita informa que “se estima que la casa de Can Tanca reduce en un 80% las necesidades de climatización respecto a otra de características similares, con el añadido de que esa baja demanda se cubre con la energía solar instalada”.
Una directiva europea (2010/31/UE) indica que para fomentar la eficiencia energética, los nuevos edificios tendrán que tener un consumo de energía casi nulo a partir del 2020, esto será dos años antes que en el caso de los edificios públicos. Esta casa, se anticipa a esta normativa, ya que hará obligatoria este tipo de construcciones en los próximos años para que se comience a combatir el cambio climático.
Por otro lado, el certificado BREEAM acredita que un edificio es sostenible, ya no sólo por la fase de construcción y los materiales utilizados, sino a lo largo de toda la vida útil de la misma.
Julian Watson Todd, Co-fundador de Terravita, concluía diciendo que “supone un motivo de orgullo para nosotros, además, poder contribuir a situar a Ibiza y a Islas Baleares a la vanguardia de la construcción sostenible, la que creemos ha de ser y será la única posible en el futuro”.
**Imagen de Plataforma de Edificación Passivhaus y Magazine – Diario de Ibiza
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