Ya lo dice el refrán y es que, “donde haya hijos, ni parientes ni amigo”, porque es cierto que el amor de unos padres es inconmensurable, generoso y altruista. Sin embargo, no es menos cierto que en ocasiones quisiéramos matarlos de tan demandantes, caprichosos e inconformistas que pueden llegar a ser. Y es que la cosa se complica sobre todo cuando nuestro hijo se adentra en la temida adolescencia pues es en este período que parece hacerse realidad aquel refrán que decía: “los hijos son un mal deseado”.
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Decoración de habitaciones de adolescente: Redecora el espacio
Tan convulsa es esta etapa que la filmografía estadounidense ha exprimido al máximo la rebelión de unos chavales cuyo principal problema radica en no saber lo que quieren, ni quiénes son, ni hacia dónde van… Todos son dudas en unos años de transición entre la niñez y la adultez, y nuestro hijo, sí, también nuestro hijo, querrá empezar a tomar decisiones con las que quizás no estemos de acuerdo. Por ello es importante tener claro qué guerras merece la pena lidiar con ellos, porque no vamos a tener energía para todas. El diálogo y la negociación serán claves para poder llegar a consensos cuando empiecen a demandar su propio espacio, su intimidad, la imposición de sus gustos, etc. Toma nota de los siguientes consejos para la decoración de la habitación de un adolescente, para que cuando te pidan decorar de nuevo su habitación infantil no desfallezcas en el intento.
A lo Virginia Woolf: una habitación propia
Hay padres que creen firmemente en aquello de que “quién solo tiene un hijo, solo tiene un ojo” y por ello deciden tener dos o, incluso, llegar a ser familia numerosa. El vínculo entre hermanos es importante y quizá por ello muchos padres deciden que sus hijos compartan habitación. Porque de esta manera se fortalecen unos lazos fraternales que serían inexistentes de haber sido hijos únicos. El concepto es idílico y quizá pueda funcionar mientras los niños son eso, niños, pero cuando empiezan a ser adolescentes, los jóvenes demandan una intimidad de la que no gozan si comparten habitación con sus hermanos. Es por este motivo que si tu hijo preadolescente empieza a sugerirte la idea de querer tener una estancia para él solo no debes pensar que tu labor como padre o madre ha fracasado ni que tus hijos no van a llevarse bien. ¡Nada de eso! Lo que está sucediendo es que tu pequeño ya no es tan pequeño y necesita encontrarse en el mundo y para ello es importante definirse más allá de su rol como hermano.
En este sentido, una promoción de obra nueva como la de Marina Living en Badalona (Barcelona) es una muy buena opción si tienes familia porque estas viviendas gozan de 4 habitaciones por lo que la distribución de los dormitorios no será un problema cuando tus niños empiecen a demandar intimidad. Además, todas ellas son exteriores, están en la misma planta y tienen acceso directo a una amplia terraza con vistas al mar.
¡Para gustos, colores!
El día llegará, puede retrasarse más o menos, pero tarde o temprano llegará: “Mamá, papá, quiero una habitación nueva. Ya no soy un niño”. ¡Cálmate!, ¡respira! Puedes con esto. Ahora toca escuchar sus gustos y adaptarte a ellos. Lo primero será el color, seguro que ya rechazan los tonos pasteles, como aquel verde agua tan bonito de que gozaron las paredes de su habitación durante su infancia. Ahora toca lo llamativo, lo estridente para afianzar su papel en el mundo. ¡Está bien! Cede, porque con promociones de obra nueva como la de Alfonso X en Madrid los colores oscuros no serán un problema porque las tres habitaciones del ático de más de 330 metros cuadrados tienen todas salida directa a una amplísima terraza. Sus puertas, por lo tanto, son la entrada directa de una luz natural en la vivienda y mitigarán la sensación de pequeñez que aportan las tonalidades más opacas. Recuerda que sobre gustos no hay nada escrito y que hasta esta tendencia gozó de adeptos en su momento.