Con la llegada del verano llegan también las vacaciones, el descanso, la desconexión, los chiringuitos, los helados, las siestas en las tumbonas de la piscina y de la playa… La estación estival parece ofrecernos tan solo su cara más amable, pero, como todo, su reverso esconde un trasfondo que podría acarrearnos consecuencias negativas. Y es que, por más que sea verano y que queramos descansar, no podemos descuidar nuestra forma física y no es conveniente aparcar el ejercicio aludiendo a excusas que no hacen sino mermar nuestro estado de salud. Con estos sencillos consejos podrás exprimir al máximo tus vacaciones, pero equilibrando los posibles excesos con una rutina activa que te mantendrá en forma sin renunciar a nada.
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Es cierto que las coercitivas normas a las que estamos sometidos durante el año: los horarios inamovibles, las rutinas implacables, los mil frentes que tenemos continuamente abiertos… hacen que lleguemos al verano exhaustos y deseosos de tranquilidad. Y es que bregar con tener que ser buenos padres, buenos profesionales en nuestro trabajo… sumado a dormir las horas necesarias,
¡Y he aquí el verano! El fantástico verano que parece ser sinónimo de laxitud, porque no hay horarios pero sí hay mil excusas para incorporar malos hábitos a nuestra vida: con este calor no se puede hacer ejercicio, voy a tomarme otro helado porque yo me lo merezco… pero ojo con tirar la casa por la ventana, porque no todo vale.
Es indiscutible que es necesario, sobre todo por nuestra salud mental, hacer un parón de esas rutinas tan estrictas, pero no es nada conveniente descuidar el ejercicio, porque este no solo nos aporta beneficios físicos sino también mentales. Se acabaron las excusas estivales: sigue los siguientes consejos y podrás gozar del verano sin descuidar tu salud.
Lo primero y lo más importante que debes hacer es establecer cuánto tiempo vas a dedicarle al ejercicio. Para que tenga repercusiones en la salud lo más conveniente es que sean, mínimo, tres horas semanales y de unos cuarenta minutos por entreno. Con eso será más que suficiente, porque no buscamos prepararnos para las próximas olimpiadas, sino mantenernos sanos y en forma.
En segundo lugar, debes saber que hay que evitar las horas de máxima exposición solar. Es decir, entre las 11 de la mañana y las 7 de la tarde es preferible no entrenar, especialmente si es en exterior, porque los golpes de calor, la deshidratación y las bajadas de tensión son solo tres de las causas que podrían llevarte al hospital si haces ejercicio a estas horas del día.
Lo más inteligente es hacerlo o bien a primera hora del día, cuando el calor todavía no aprieta, o bien, cuando va cayendo el sol. Piensa: ¿eres de madrugar en verano, porque te gusta aprovechar hasta el último rayo?, ¿o eres de los que alarga las cenas y te vas a la cama pasada la media noche?
Si no te importa madrugar, una idea excelente es ir a nadar al mar: te será muy sencillo en promociones como la de Jardins de Sa Riera, porque estas 52 exclusivas viviendas se ubican en Begur (Girona), a pie de playa y en plena naturaleza, por lo que te será muy sencillo aprovechar la tranquilidad del mar para mover los músculos, las articulaciones… Abres los ojos, te pones el bañador y en menos de tres minutos ya estás nadando. Lo dicho, ¡no hay excusas! Y si no te gusta nadar en el mar, no te preocupes, porque esta promoción goza también de dos piscinas comunitarias por si eres más de agua dulce.
Y si te gusta más correr, pues no hay problema, porque es lo bueno de que tu segunda residencia sea una de las viviendas de la promoción de Jardins de Sa Riera, que sus alrededores son zonas vírgenes de la Costa Brava, así que la carrera será medicina para tu musculatura, pero también para el alma.
Las opciones son múltiples, porque también puedes tonificar con un par de pesas y una esterilla en las terrazas privadas de estos hogares sin parangón. Te costará poco desperezarte y salir a tu jardín privado, porque mientras levantas pesas y haces abdominales te acompañarán unas vistas al mar y a la montaña que invadirán tu cuerpo provocándote una sensación de bienestar inigualable. Y si un día te apetece dormir, pues no hay problema. ¡Hazlo, estás de vacaciones, puedes permitirte el lujo de ser flexible! Si no has hecho ejercicio por la mañana, ya llegará el atardecer… Un paseo familiar con los niños, o una escapada en bici… lo importante es no agobiarse, ser flexible y de esta manera evitar unas vacaciones excesivamente sedentarias que acaben perjudicando nuestra salud.
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