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¿Cómo dividir una habitación en dos para tus hijos?
La convivencia en general es un gran reto, pero con los hijos, si no se plantea adecuadamente, puede convertirse más bien en una pesadilla. Por eso, hoy te traemos algunos consejos a la hora de distribuir el espacio y gestionar la convivencia de tus peques de la mejor manera posible. ¿Por qué puede merecer la pena hacer que compartan habitación? Para empezar con positividad la ejecución de este pequeño reto doméstico
Ventajas de dividir un espacio una habitación en dos para tus hijos
- Trabajarán la empatía: ser más pacientes el uno con el otro, aprenderán a dejarse su espacio y a ser más comprensivos.
- Mejorarán su compañerismo: al tener que compartirlo todo, se preparan para cuando en el colegio o en el trabajo o, con futuros compañeros de piso, tengan también que compartir el espacio.
- Aprenderán a fijar límites: inevitablemente, también les empujará a respetarse y a ser asertivos cuando quieran comunicar lo que les molesta y lo que necesitan. La capacidad de expresar adecuadamente lo que uno quiere es una habilidad que les será imprescindible a lo largo de su vida adulta.
Ahora que tenemos 3 atractivos motivos para que nuestros hijos compartan habitación, hablemos de cómo se debería abordar este cambio:
En lugar de que lleguen un día a casa después del colegio o de pasar la tarde con sus amigos y le hayáis dado una vuelta de 360º a la forma de convivir que conocían hasta ese momento, lo más conveniente es explicárselo de antemano, para que entiendan el nuevo planteamiento y no lo vean ni como un castigo ni como un capricho de sus progenitores.
A partir de ahí, podéis empezar a darle forma a la nueva habitación. Para ello, ¡Os damos algunas ideas!
¿Cómo dividir una habitación pequeña en dos dormitorios?
Compartir escritorio
En vez de promover el trabajo individual, es más recomendable incentivar el trabajo en equipo creando un espacio que sea apto para ello.
En Passatge Living, una promoción de obra nueva en Poblenou, hay dos dormitorios secundarios de unos 8 y 9 m2, lo que implica que hacer que tus hijos compartan un escritorio ahorrará espacio y les permitirá zonificar como decíamos y destinar otro rincón a sus juguetes.
La litera, la solución para habitaciones pequeñas
Se trata de una forma de rentabilizar el espacio de forma óptima que resulta especialmente útil si no sobran metros cuadrados.
En el caso de que no te convenzan las literas, otra buena opción es alinear las camas en ángulo, para seguir priorizando el aprovechamiento del espacio. Cuando la planta es cuadrada, puedes hacer este arrangement, para mantener una zona central libre, perfecta para que jueguen.
En la promoción de pisos de obra nueva en Madrid de Ferraz 41, por ejemplo, las dimensiones del dormitorio más pequeño son de 13 m2, de modo que optar por optimizar el espacio con literas o dos camas en L para dejar una zona central despejada, puede ser la clave.
Una cama que también sea un armario
Una cosa está clara, para que dos personas (ya sean jóvenes o adultos, seamos sinceros) convivan en una misma habitación, es imprescindible que tengan espacio de sobra para almacenar su ropa y, si se trata de los peques, sus juguetes y enseres más queridos.
No obstante, a veces las dimensiones de la sala no dan para dos camas y, además, un armario. ¡Sin problema! En ese caso, lo mejor es comprar una cama que, al abrirse, ¡Se convierta en armario! Vamos lo que viene siendo un canapé.
Recuerda que para compensar que un espacio sea más pequeño de los deseable, hay que hacerse con muebles funcionales y versátiles. Tus hijos tienen que tener la posibilidad de jugar, estudiar, relajarse y entretener a sus amigos en su querida habitación.
El método Montessori, una referencia clave
En el momento de una habitación infantil, este método que lleva el nombre de una educadora y médico italiana que vivió a caballo entre el siglo XIX y el siglo XX, incide en la importancia que tiene el entorno como elemento del desarrollo infantil.
Veamos algunos de los elementos más importantes a tener en cuenta, en concreto, cuando se trata de crear la mejor habitación para nuestros hijos, aplicable tanto si la van a compartir como si no.
Los niños son criaturas rebosantes de creatividad, energía e imaginación, y su entorno más íntimo debería ser un reflejo de esta naturaleza infantil.
- Su cuarto debería prender su imparable imaginación, una invitación de desconectar del estímulo constante de la digitalización en la que están inevitablemente inmersos para que entrar en su aposento sea sinónimo de paz y bienestar. Eso suena muy bien, pero a la práctica, ¿Cómo se hace? Muy sencillo:
- Con una combinación de colores neutros con un toque de color más estimulante y vital, como el amarillo o el azul.
- Con materiales como la madera, que sean cálidos
- Con texturas que recuerden a la naturaleza, tales como el mimbre o el bambú).
- Según el método Montessori, con los más peques, es preferible que las actividades se lleven a cabo en el suelo. Eso implica que es recomendable colocar alguna alfombra para que no cojan frío y estén más cómodos.
- Incentivar su autonomía
La decoración debe seguir este criterio, haciendo que todo sea accesible para tus retoños, sin necesidad de que te tengan que pedir ayuda para alcanzar un libro si les apetece leer, o para guardar las cosas cuando hayan terminado con ellas.
También es muy importante procurar que la distribución incluya una área para que descansen, otra para que hagan sus tareas diarias, una zona de lectura…
Esperamos que este artículo te haya dado algunos tips útiles para que la nueva distribución de tu casa vaya suave como la seda. Ya lo dice Enrique Rojas, Catedrático en Psiquiatría: “Convivencia es, ante todo, compartir, participar en la vida ajena y hacer participar al otro en la propia”.