En momentos de crisis o inestabilidad económica, muchas personas intentan encontrar una forma segura de inversión que les permita dar cierta rentabilidad a sus ahorros, por medio de ingresos pasivos. Aunque cada tipo de inversión conlleva sus propios riesgos, focalizar nuestros esfuerzos en la vivienda es una opción atractiva para diversificar nuestras inversiones, garantizando un rendimiento a largo plazo. En este artículo lo demostramos, valorando los principales beneficios.
Índice del artículo
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- Tendrás ingresos casi sin darte cuenta
- Una buena inversión a largo plazo
- Lo que cuenta es la estabilidad
- Diversificarse o morir
- Ser propietario tiene sus ventajas fiscales
Tendrás ingresos casi sin darte cuenta
Si bien es cierto que hay mucha gente que decide invertir sus ahorros en acciones o productos financieros, este tipo de operaciones no dejan de tener propios riesgos: Volatilidad del mercado y del precio del dinero, inestabilidad política, etc. En cambio, invertir en propiedades residenciales suele ser mucho más seguro y permite generar ingresos pasivos. Por ejemplo, si alquilamos, podemos recibir un flujo constante de dinero mes tras mes, lo que proporciona estabilidad financiera.
Una buena inversión a largo plazo
Cuando destinamos algo tan importante como son nuestros ahorros, necesitamos tener ciertas garantías. Históricamente, las propiedades residenciales tienden a apreciarse en valor con el tiempo. Aunque el mercado inmobiliario puede experimentar fluctuaciones a corto plazo, las tendencias a largo plazo suelen ser favorables. En muchos casos, las propiedades aumentan de valor, superando la inflación y generando ganancias sustanciales cuando se venden en el momento adecuado.
De hecho, muchos inversores compran viviendas no solo para recibir ingresos por alquiler, sino también para venderlas en el futuro a un precio mucho más alto del que pagaron originalmente, lo que les permite obtener importantes ganancias de capital.
Lo que cuenta es la estabilidad
Es importante volver a recalcar el riesgo añadido que tienen algunos tipos de inversión, sean criptomonedas, acciones o similares. Muchas veces, la falta de información y preparación adecuada puede llevarnos a tomar decisiones arriesgadas que terminan resultando en pérdidas importantes. Comparada con otras formas de inversión, las de bienes raíces residenciales ofrecen una mayor sensación de seguridad y estabilidad.
Los mercados bursátiles pueden ser volátiles y los precios de las acciones pueden cambiar drásticamente en cuestión de horas o días, mientras que los precios de las propiedades inmobiliarias tienden a ser más estables y evolucionar de forma gradual. Tampoco debemos olvidar que las viviendas siempre tendrán demanda, ya que la población siempre necesitará un lugar donde vivir, lo que refuerza la estabilidad de este tipo de inversión.
Diversificarse o morir
Las grandes empresas multinacionales lo tienen claro, diversificarse o morir. Por ejemplo, hay algunas compañías de refrescos que también son propietarias de líneas aéreas o de complejos turísticos. De esta manera, se aseguran de sacar la máxima rentabilidad a su dinero, sin estar pendiente de los vaivenes del mercado. Para los inversores que ya tienen activos en otros mercados, como acciones o bonos, invertir en propiedades residenciales puede proporcionar una excelente manera de diversificar su cartera. De esta manera, si el mercado bursátil cae, una cartera bien diversificada con inversiones en bienes raíces puede ofrecer estabilidad y continuar generando ingresos.
Ser propietario tiene sus ventajas fiscales
En 2024, España ha implementado varias ayudas fiscales, con el objetivo de fomentar el acceso a la vivienda, incentivar el alquiler de viviendas asequibles y mejorar la eficiencia energética de los inmuebles.
Reducción en el IRPF
-Alquiler a jóvenes (menores de 35 años): Se mantiene la reducción del 60% en los rendimientos netos obtenidos del alquiler cuando se alquila a jóvenes.
-Alquiler de vivienda habitual: Reducción de hasta un 50% del rendimiento neto en general si el inmueble está alquilado como vivienda habitual.
-Alquiler social: Si la renta está por debajo de los precios de mercado y se arrienda a colectivos vulnerables, la reducción puede llegar hasta el 90%.
Deducciones fiscales por rehabilitación energética
-Deducción del 40% por obras que reduzcan en al menos un 30% el consumo de energía primaria no renovable, o que mejoren la calificación energética del edificio.
-Deducción del 60% en el caso de obras en edificios residenciales que mejoren la eficiencia energética en al menos dos letras en la escala de Certificación Energética.
Bonificaciones en el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI)
-Bonificación de hasta el 50% del IBI para viviendas que se rehabiliten energéticamente.
-Bonificaciones adicionales para inmuebles que se destinen al alquiler social o se mantengan alquilados de manera estable.
Otros incentivos tienen relación con la rehabilitación y construcción de viviendas destinadas al alquiler. Este tipo de vivienda también se puede ver beneficiada mediante bonificaciones en el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales.
La inversión en propiedades residenciales se convierte, sin duda, en una de las operaciones financieras más estables a medio y largo plazo que existen actualmente. Nos ayudan a combatir les incertidumbres económicas y políticas, a la vez que nos permiten construir un fondo de ahorro respaldado por diversos incentivos y beneficios fiscales.
Aunque ninguna inversión está completamente libre de riesgos, las propiedades residenciales se destacan por su capacidad para ofrecer rendimientos consistentes y protección financiera en el tiempo.