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La crisis sanitaria del coronavirus ha provocado un parón casi total en la economía de nuestro país y un reajuste del escenario de la inversión económica. Sin embargo, en comparación con otras opciones, el sector residencial continúa siendo uno de los más fuertes, productivos y seguros del nuevo panorama, con una rentabilidad muy por encima de otros productos financieros, tanto si se compra para vender en unos años, como si se hace para alquilar (lo más habitual). Y esta rentabilidad es especialmente interesante cuando se habla de obra nueva.
Sigue siendo una de las inversiones más seguras y beneficiosas, pues se ha revalorizado un 148% en los últimos 25 años (entre 1995 y 2019) según Sociedad de Tasación. Esto supone casi un 6% de revalorización anual y ha sucedido pese al largo periodo de recesión que sufrió el sector inmobiliario tras la crisis financiera de 2008 a 2013.
En los últimos tres años, la rentabilidad acumulada de la vivienda como inversión se situaba por encima del 29%. Según un informe del Banco de España que cifraba la rentabilidad de los Bonos del Estado a 10 años en un 3,4%, la de los depósitos bancarios en un triste 0,3% y la Bolsa (IBEX35) en un 4,2%. Las conclusiones son fáciles de extraer: el sector inmobiliario sigue siendo una apuesta segura.
Pues sí, porque suele ser una mejor alternativa por varias razones. Para empezar, porque aumentas tu patrimonio con una inversión no muy arriesgada, pues las viviendas de obra nueva son activos más seguros y rentables que se revalorizan con el tiempo. De hecho, su revalorización está en torno del 20% por encima de las de segunda mano.
Además, el mercado residencial es mucho menos arriesgado que otros, como la Bolsa, por ejemplo. Aquí no es necesario tener conocimientos económicos tan profundos y extensos como en otras materias del mismo tema, por lo que es muy aconsejable para todos aquellos que se introducen por primera vez en este campo.
Antes del parón como consecuencia de la pandemia, existía en nuestro país una gran demanda de viviendas de alquiler. Una situación que, más que probablemente, se va a volver a recuperar de manera acelerada ahora con la “nueva normalidad”. Pensemos que en los últimos 10 años se han creado más de 700.000 nuevos hogares para arrendar en España y, sin embargo, la oferta de este tipo de inmueble ha sido insuficiente para la demanda real. En consecuencia, los precios del alquiler aumentan, sobre todo en las grandes ciudades como Madrid o Barcelona.
En la Ciudad Condal es donde la promotora Stoneweg Living tiene una de sus mejores promociones de pisos donde invertir: Passatge Living, en Poblenou, uno de los barrios con más encanto y demanda de Barcelona. A pocos minutos de la playa y del paseo marítimo, Passatge Living cuenta con 37 viviendas exclusivas de 2 y 3 dormitorios con acabados de calidad, luz natural, amplias terrazas y un certificado energético A (aspectos muy valorados por los futuros inquilinos). Además, cuenta con el valor añadido de sus espacios comunes como las piscinas comunitarias y las zonas ajardinadas.
Pero esta no es la única promoción interesante en Barcelona, el proyecto de Nova Sagrera, con 104 pisos ubicados en el barrio de La Sagrera, futuro centro neurálgico de la ciudad al situarse allí la nueva estación de AVE. O la promoción Nicaragua 75, en el tranquilo y deseado barrio de les Corts donde los apartamentos tipo loft ofrecen una oferta inigualable para un público exigente en cuanto a diseño, calidad y belleza.
Si se prefiere la capital del estado, Stoneweg Living dispone también de un amplio abanico de posibilidades para el inversor que quiere ir a un activo seguro. En el centro de Madrid, por ejemplo, la promoción Ferraz 41, con 25 viviendas en Argüelles en un edificio emblemático, es una de las más atractivas tanto por su calidad y diseño como por sus instalaciones tanto comunes como privadas (piscinas, cuarto de bicicletas, gimnasio, salas comunitarias, jardines…).
Otra apuesta increíble es Fuensanta Residencial, con 98 viviendas de obra nueva en Móstoles.
Los datos anteriores nos dan una idea de porqué invertir en el sector residencial. Pero existen muchas razones para que dicha inversión se realice en obra nueva. La primera, es que este tipo de hogar se alquila más rápidamente que las de segunda mano.
¿Por qué? Porque el hecho de que un piso sea de obra nueva supone un valor añadido ante los posibles inquilinos que estarán dispuestos a pagar un precio superior por los mismos metros, ya que es más moderno, con una mejor distribución, construida con materiales más actuales y con mayor aislamiento acústico y térmico (y esto se nota tanto en la confortabilidad del hogar como en la factura de la calefacción y el aire acondicionado).
Además, una casa nueva significa mayores calidades, más eficiencia y más tecnología. Los edificios a estrenar están más equipados, disponen de más y mejores servicios y tienen unas zonas comunes (como jardines, piscinas… o hasta gimnasio, solárium, sauna, como en el caso de Skyline, una promoción de 303 viviendas de en Madrid) que la mayoría de inmuebles de segunda mano no pueden ofrecer por muy restaurados que estén.
A todo ello, cabe sumar que las viviendas a estrenar son aptas para alquilar desde el primer momento, a diferencia de las de segunda mano que suelen requerir alguna reforma (o muchas) o, como mínimo, una lavado de cara. Además, con el tiempo, las casas de segunda mano van a requerir muchas más reparaciones que las acabadas de estrenar que, en cualquier caso estarán en garantía.
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